Tipos de detergente
Los lavavajillas actuales admiten diferentes tipos de detergentes: gel, cápsulas, pastillas
y polvo.
➜ Gel o detergente líquido
Es el menos recomendado ya que el líquido, al disolverse
rápidamente en el agua, su eficacia limpiadora se ve disminuida.
Sin embargo, lava correctamente a bajas temperaturas y en ciclos cortos, por lo que se
ahorra agua y energía.
Algunos geles, además del detergente, incorporan abrillantador.
Permite una dosificación a medida dependiendo de la suciedad de la vajilla y del volumen de
la carga introducida.
Es el más adecuado para lavar vajilla delicada puesto que es menos agresivo.
➜ Cápsulas de gel
Son cómodas de usar, no hay que medir la dosis.
Algunos fabricantes incorporan varios productos en la misma cápsula (incluso polvo) lo que
facilita la introducción gradual de cada componente en el proceso de lavado.
Resultan algo más caras que el resto de formatos.
Hay que prestar atención a su almacenaje ya que el plástico que las envuelve se disuelve con
la humedad.
Como en el caso del gel, aquellas que no incluyen polvo, protegen la vajilla delicada.
➜ Pastillas
Es el formato más usado en la actualidad y es, quizá, el más efectivo salvo en el caso de
agua dura (alto contenido en cal) y vajillas delicadas.
Algunas pastillas, además del detergente, incorporan sal y abrillantador lo que facilita su
uso.
Fácil dosificación pero siempre la misma independientemente de la suciedad de la vajilla y
del volumen de carga.
Al igual que las cápsulas, resultan algo más caras aunque, en este caso, la diferencia puede
ser pequeña si se compara con la compra de los 3 productos por separado.
Se disuelven poco a poco con lo que su efecto limpiador se extiende a todo el ciclo del
lavado. Sin embargo, las de algunas marcas no se disuelven muy bien y dejan restos en la
vajilla.
➜ Detergente en polvo
Cada vez se usa menos. Pero es el más adecuado para el agua dura: el detergente en polvo es
el que mejor elimina las manchas blancas que este tipo de agua deja en la vajilla.
Se disuelve rápido, pero no tanto como el gel.
El usuario debe medir la dosis. Es necesario seguir las pautas del fabricante: si echamos
poco, no lavará correctamente y si echamos mucho se formará demasiada espuma y se podrá
dañar al lavavajillas.
Según los expertos, es recomendable elegir todos los productos: detergente, sal y
abrillantador, del mismo fabricante.